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LECTURAS:NOS VEMOS ALLÁ ARRIBA. PIERRE LEMAITRE

30 septiembre, 2014

        nos vemos arriba      La conmemoración del centenario del comienzo de la Gran Guerra se ha convertido en una magnífica coartada para dar rienda suelta a la publicación de trabajos de investigación, ensayos, novelas, reediciones de obras que estaban en el cajón del olvido; en fin nos hemos podido aprovechar de esta circunstancia para poner al día todo lo que rodea a este acontecimiento y las repercusiones que ha tenido.

            Pierre Lemaitre en Nos vemos allá arribaSalamandra, 2014 arranca la trama de su novela cuando ya se empieza a rumorear que la guerra está tocando a su fin, que el armisticio está al llegar. En este marco se va a fraguar la amistad, una amistad muy profunda, de dos soldados franceses y de ahí hasta el núcleo de la novela, fundamentado en un hecho real, el fraude colosal en la exhumación de los cadáveres de cientos de miles de soldados para llevarlos a cementerios militares.

            En un mundo de necesidades, el negocio con la muerte es uno más; el París de la posguerra, depauperado y hambriento, militares que se tienen como objetivo colocar medallas en su pechera sin que el coste en vidas sea un freno en sus ambiciones, son algunos de los caminos por donde circula esta novela.

            Pierre Lemaitre forjado en la novela negra consigue que lector quede pegado a esta historia, que bascula desde la sordidez del negocio sin escrúpulos, hasta la amistad, sin condiciones de dos camaradas de guerra, y todo ese recorrido se hace de forma ágil y sin concesiones ni coartadas a los personajes.

            Recomendable su lectura, así que, como siempre, les dejo unos párrafos por si sirven para animarlos.

       Todos los que pensaban que aquella guerra acabaría pronto habían muerto hacía tiempo. precisamente a causa de la guerra. así que, en octubre, Albert recibió con bastante escepticismo los rumores sobre el armisticio. Les dio tanto crédito como a la propaganda del principio, que aseguraba, por ejemplo, que las balas de los boches eran tan blandas que se estrellaban contra los uniformes igual que peras pasadas y provocaban las carcajadas de los regimientos franceses. en cuatro años, Albert había visto la tira de tipos muertos de risa por el impacto de una bala alemana.

      pierre lemaitre   Era consciente de que su negativa a creer en la inminencia de un armisticio tenía algo de superstición: cuanto más se espera la paz, menos crédito se da a las noticias que la anuncian, es un modo de ahuyentar la mala suerte. Sólo que esas noticias llegaban día tras día en secuencias cada vez más seguidas y en todas partes se repetía que la guerra estaba realmente a punto de terminar. Por increíble que pudiera parecer, incluso se pronunciaron discursos sobre la necesidad de desmovilizar a los veteranos, que llevaban años en el frente. cuando el armisticio se convirtió al fin en una perspectiva razonable, hasta los más pesimistas empezaron a acariciar la esperanza de salir con vida de la contienda. [ob. cit. pág. 13]

LECTURAS: VICTUS. ALBERT SÁNCHEZ PIÑOL

24 septiembre, 2014

 

 

            Victus Después de varias semanas de lento rumiar la novela de Albert Sánchez Piñol, Victus; La Campana, 2013, voy a intentar describirles las sensaciones con las que me quedé cuando vi el punto final. Como en otras ocasiones apliqué aquello de: “leer sobre seguro”, conocer al autor por otras lecturas da cierta seguridad, y así no cargas posibles suspicacias como alguien que conoce mis gustos aventuró que esta obra de Sánchez Piñol “no te va a llenar”, expresión literal.

            Los antecedentes tienen ya unos años, La piel desnuda de 2003, y Pandora en el Congo, dos años después. La primera fue una grata sorpresa, pero que en Pandora ya no llegó al mismo nivel, de interés para mi, me refiero. Como ya ha pasado mucho tiempo y casi se había desdibujado en mi memoria el recuerdo de Pandora en el Congo y prevalecía el rastro que había dejado mi primera lectura de Sánchez Piñol, no me lo pensé dos veces, fui a por Victus, en la que el autor hace una incursión en la novela histórica con un modelo ya trillado, Arturo Pérez Reverte con su Alatriste desbrozó el camino. Ahí lo dejo.

            Es evidente que escribir es una actividad creativa, pero tiene que dar de comer, así que como producto terminado, la novela, hay que colocarla en el mercado en el momento oportuno y en el lugar adecuado. Sánchez Piñol, legítimamente aprovecha la oportunidad y cuenta los coletazos de la guerra de sucesión española centrándose, cómo no, en asalto a la ciudad de Barcelona por parte de las tropas borbónicas.

            El conflicto arranca con la muerte de Carlos II en 1700 sin descendencia. Esto lo cuenta muy bien Joseph Pérez en La Historia de España (Julio Valdeón, Joseph Pérez y Santos Juliá), 2006, editada por Austral, además con más fundamento.

            Así lo relata Piñol:

            “En el año 1700 moría el emperador Carlos II de España, un engendro de la naturaleza, un fardo babeante que si no hubiera sido rey se habría pasado la vida encerrado en algún monasterio. Sus súbditos castellanos lo llamaban “el Hechizado”. Yo no sería tan piadoso, así que dejémoslo en “el Tarado”. No tuvo descendencia. ¿Cómo iba a engendrarla? Estaba tan mal de la azotea que debió de morirse sin saber que ese rabanito que cuelga entre las piernas sirve para algo más que hacer pipí.

            Todos los reyes, por definición, son unos tarados o acaban siéndolo. El único debate es saber si para sus súbditos es mejor que los gobierne un tonto del culo o un hijo de puta. De joven yo era partidario de los tontos, porque al menos se conforman con comer faisán y dejan en paz a la gente. El Tarado, por ejemplo, fue muy lamentado en Castilla por muy popular en Cataluña. ¿Por qué? Pues porque no hizo nada de nada. Su atrofia cerebral era un reflejo de Castilla y de su imperio coagulado. A los catalanes ya les iba bien. Cuanto menos gobierne un rey y más lejos esté, pues tanto mejor.

            Mucho antes de su muerte ya era obvio que ese despojo humano del Tarado la palmaría sin haber tenido hijos. Como es lógico, todos los carroñeros de Europa estaba ojo avizor. Años después conocí a un noble francés que en el cambio de siglo había servido en la embajada de Madrid. Tenían la corte tan infestada de espías… ¡que hasta consiguieron los calzoncillos del rey! El examen no dejaba dudas: Carlos no eyaculaba. Y según las leyes naturales, sin semen no hay descendencia” [Ob. cit. págs.. 123-124]

LECTURAS: LAS REPUTACIONES. JUAN GABRIEL VÁSQUEZ

17 septiembre, 2014

                 No sé si les ha pasalas reputaciones circulodo a ustedes también, pero yo en más de una ocasión me he planteado una cuestión que creo que es importante, y que puede que no tenga una respuesta única. Me refiero a lo que cuesta construir una reputación. No tengo respuesta, aunque si sé que es mucho y se requiere tiempo, mucho tiempo. Todo el entramado se va armando con paciencia, con hechos, con actos, con palabras, en fin con el devenir de cada día y ello une reputación y reconocimiento como un binomio indisoluble. Es evidente que si nos pusiéramos a valorar los aspectos que conforman la reputación de una persona podríamos diferir en los componentes, la importancia que le damos a los distintos elementos que la conforman, sin embargo, creo que no tendríamos muchas dudas y menos diferencias para convenir que acabar con una reputación es extremadamente sencillo, basta un rumor, por ejemplo y ya está, la mecha de la incertidumbre y la duda quedan prendidas.

            Juan Gabriel Vásquez logra en Las Reputaciones, Círculo de Lectores, 2014 colocar a Mallarino, caricaturista y persona influyente en la sociedad junto a un personaje de la política de forma circunstancial y no directamente para que recuerdos y reputación naveguen en la misma nave. Recomendable su lectura.

Juan gabriel“Hay mujeres que no conservan, en el mapa de su cara, ningún rastro de la niña que fueron, quizás porque se han esforzado mucho en dejar su niñez atrás –sus humillaciones, sus sutiles persecuciones, la experiencia de la desilusión constante-, quizás porque entretanto ha sucedido algo, uno de esos cataclismos íntimos que no moldean a la persona sino que la arrasan, como a un edificio, y la obligan a construirse de nuevo desde los cimientos. Mallarino miraba a Samanta Leal y trataba de cazar en sus facciones alguna forma (la curva del hueso frontal al llegar al entrecejo, la manera en que el lóbulo de la oreja se une a la cabeza) o acaso una expresión de la niña que había visto veintiocho años atrás. Y no lo lograba: esa niña se había ausentado, como si hubiera renunciado a seguir viviendo en ese rostro [ob. cit. pág. 61]

LECTURAS: EL ESTANDARTE. ALEXANDER LERNET-HOLENIA

10 septiembre, 2014

 

 

 el estandarte          La conmemoración del centenario de la Gran Guerra ha servido para poner en circulación obras que nacieron al socaire de la misma. El estandarte de Alexander Lernet-Holenia (1897-1976) rescatada por Libros del Asteroide en 2013 (Vidal Folch en el prólogo habla de su ejemplar publicado en 1968 por Plaza&Janés en la colección Reno). Lernet-Holenia coloca al protagonista, un joven oficial del ejército imperial austriaco en la corte (aquí se enamora perdidamente de una dama) y en el frente formando parte de un regimiento de caballería. El contraste de ambos escenarios es al mismo tiempo la tesitura de su vida y también, algo, la de Europa, que en algún momento se equivocó y lo que parecía como algo inmutable comenzó a sufrir cambios que ni se imaginaban (el siglo XX comienza con la Gran Guerra).

            No tiene el autor un lugar en la literatura de su país excesivamente destacado, algunos críticos lo consideran un autor secundario, sin embargo creo que en esta obra es capaz de describir esos mundos, que no paralelos donde lo inmutable deja de serlo de una forma no solo amena, sino interesante y con elementos para la reflexión. Recomendable su lectura, así que les dejo con este pequeño texto.

Lernet Holenia            “Los austriacos no lo somos –dijo Anschütz-. Hemos acumulado una larga experiencia, y lo que vaya a ocurrir no nos encontrará desprevenidos. Es cierto sentido somos un imperio colonial europeo, y hace un siglo que no nos engañamos respecto a lo que podemos esperar de nuestras así llamadas colonias. Seguro que no estoy equivocado en mi apreciación de la atmósfera reinante en nuestras tropas. El arco está más que tenso. La guerra es demasiado larga ya para nuestros campesinos polacos y ucranianos. No tienen interés en conquista Serbia otra vez. Ya es asombroso que hayan defendido de corazón nuestra causa durante tanto tiempo. No son alemanes convencidos de que con nuestro destino y el de Alemania está en juego el destino del mundo. No tienen otra cosa en la cabeza que sus campos de labranza, Galitzia y sus casitas. El imperio no significa nada para ellos. Ningún ideal los ata ya a nosotros, sino únicamente el juramento prestado.” (ob. cit. pág. 97)

LECTURAS: INTEMPERIE. JESÚS CARRASCO

10 diciembre, 2013

Intemperie ImagenSi las palabras te saben a tierra; si las frases erosionan tu garganta al tragar dejando el regusto de la sangre en el paladar; si arrebujado en tu sillón percibes el olor rancio del sudor viejo mezclado con el de la orina reseca en la entrepierna; si el bochorno casi te ahoga, no es que lo estés viviendo, es que lo estás leyendo.

 

            Así me he sentido mientras de forma casi enfermiza leía Intemperie de Jesús Carrasco, Seix Barral, 2013. Desde la primera línea: “Desde su agujero de arcilla escuchó las voces que lo llamaban…”, hasta la última palabra mi compañía fue el desasosiego. Mientras avanzaba en el recorrido por las páginas de esta novela, la angustia iba en aumento porque los personajes, el niño el viejo, los extremos de la vida, que se mueven en el secarral y se entrecruzan sus caminos para sumar dolor y sufrimiento.

            No dejes de leer Intemperie para comprobar qué y cómo te pueden conmover estas historias que pueden parecer simples, pero como las cuenta Jesús Carrasco dejan huella.

            Te dejo con estas líneas por si sirven de estímulo para su lectura. Si es así que la disfrutes.

            “Por suerte para él, el llano no daba para exotismo. Allí sólo había galgos. Carnes escurridas sobre largos huesos. Animales místicos que corrían tras las liebres a toda velocidad y que no se detenían a olfatear porque habían sido arrojados a la Tierra con el único mandato de la persecución y el derribo. Flameaban líneas rojas en sus costados como recuerdos de las fustas de los amos. Las mismas que en el secarral sometían a niños, mujeres y perros” [Ob. cit. pág. 10]

LECTURAS: LOS PÁJAROS DE AUSCHWITZ. ARNO SURMINSKI

26 May, 2013

            Pajaros de Auschwitz, Los_135X220Manifiesto públicamente mi desconocimiento –ignorancia total- acerca de la historia que sustenta la novela de Arno Surminski, Los pájaros de Auschwitz; Salamandra, 2013. Desconocía que un oficial de las SS, ornitólogo, había publicado un tratado sobre la vida de las aves en el entorno de Auschwitz, y que los dibujos los realizó un prisionero de ese campo.

            Con este material Surminski construye su relato, que escribió sobre una fina línea que lo obliga a mantener un equilibrio en condiciones muy duras para no caer en el lagrimeo de El niño del pijama de rayas de John Boyne, 2006, ni en los relatos/descripciones de los supervivientes de los campos. Tarea nada fácil, porque otro recurso sería llenar el texto de metáforas dado que la historia se presta a ello: pájaros, libertad, presos, muerte…, sin embargo, el camino que toma el autor es el del relato poco explícito, sutil, casi de un observador ajeno a lo que allí sucede, incluso desconociendo lo que sucedía a su alrededor. Esto obliga al lector a construir las metáforas, o que sea él el que busque lo descarnado del relato.

 

            Nuestro ornitólogo, oficial de las SS, no lo olvidemos, siempre acompañado por su preso/dibujante se manifiesta preocupado, mucho, por lo que le pueda pasar a un pájaro que ha estado encerrado en un vagón que llega lleno de personas que van a ser gaseadas. No hay nada más que distraiga su interés por los pájaros, salvo su familia. La crueldad en grado sumo en la que está inmerso parece que le resbala, no hace mella en su conciencia. Hay otros ejemplos, pero es más recomendable la lectura, así que les dejo con algunos párrafos por si sirven para despertar su interés.

            “En el silencio que se hizo a continuación, Marek se atrevió a preguntarle al guardia por qué estaba en el campo.

            Grote lo miró asombrado

            -Jamás hagas preguntas de ese tipo –respondió.

            Marek inclinó la cabeza a modo de disculpa; decididamente, había ido demasiado lejos. “estos alemanes han aprendido a obedecer para no tener que pensar. Las órdenes son las órdenes, dicen cuando deben hacer algo a lo que como personas normales se negarían. Habrá recibido la orden de venir a este maldito campo. Como le interesaba la ornitología, se le habrá ocurrido investigar la avifauna en un campo de concentración, desde una óptica puramente científica, claro.” Marek lo consideraba un lance de fortuna.

            -Incluso de las circunstancias más adversas hay que sacar partido, mi querido Marek” [ob. cit. págs.. 43-44]

TENÍA QUE DECIRLO

19 May, 2013

           237 Desde hace algunos días estaba intentando sentarme a escribir un rato sobre libros que leo, no piensen que hago crítica literaria, sólo leo y cuento lo que de esas lecturas extraigo, pero hace algo más de quince días se convocó una huelga, otras más, para rechazar en la calle la nueva reforma/contrarreforma del ministro Wert, y como es costumbre me sumé a la misma. No está escrito en ningún lado, pero en cada ocasión que se atenta contra la enseñanza pública o me meten la mano en el bolsillo para depauperar más, si cabe, mi salario allí estoy yo, de esta manera contribuyo con la consiguiente deducción a la apertura de los colegios en verano, la “inmersión en inglés” prometida, aunque no se sustituya a los profesores de baja, curiosamente de inglés.

            Con poco ánimo me fui a Weyler, allí arrancaba la manifestación, para ver las caras de siempre, con más arrugas, más michelines y canas, pero casi los mismos, salvo los que han sacado pasaporte para el más allá. Algún jubilado había, pero escasos en número. En fin, lo dicho allí de nuevo, pocos, pero no cobardes, aunque antes me fui a la presentación del nuevo libro de Miguel Ángel Aguilar, España contra pronóstico, Aguilar, 2013 en el Parlamento de Canarias. Este acto acabó con mis esperanzas porque la patética presentación de Antonio Castro Cordobez me llevó a la conclusión de que debo querer más a mi perro, que no tengo.

            El maestro, Miguel Ángel Aguilar mantuvo el tipo, no se sonrió ante la ignorancia manifiesta del Presidente del Parlamento y en una síntesis muy breve aludió a su independencia: “no manda a necios, ni sirve a pícaros”, a la necesidad de un periodismo libre, combativo y alejado de la sombra del poder y un repaso-recordatorio de lo frágil que es eso de la libertad y la democracia y cómo hay que hacer un esfuerzo permanente para mantenerla a salvo.

            Bueno, algo es algo, me queda el alivio de que se puede tener confianza en parte del género humano, pero siempre al acecho frente a estos vaivenes y retrocesos en los logros alcanzados.

            Para terminar y aclarar lo del poco ánimo con el que bajé de casa tengo que decir que en esos días estaba leyendo una novela de Rafael Chirbes, La Larga marcha, 1996; Anagrama, que ambientada en la posguerra estaba aplanando mi ánimo y sus páginas del pasado son premonitorias de un futuro, y no digo que lleguemos a una situación de violencia, de enfrentamiento como sucedió en el 36, pero Chirbes dice lo que sigue: “¿Verdad que los médicos no renuncian a curar a un niño enfermo pensando que, al fin y al cabo, se acabará muriendo, y que así le van a evitar sesenta o setenta años de sufrimiento inútiles? No, sino que lo curan de las primeras anginas, y luego de paperas, y acaban dándole medicinas y poniéndole sondas cuando tiene setenta años. Total, para que al fin se acabe muriendo. Bueno, pues la política es lo mismo. Los ciudadanos tenemos que curar y operar y poner sondas, aun a sabiendas que siempre triunfa el mal, que el poder acude por naturaleza a los peores”.

 

            En fin, que el pesimismo no cunda, pero lean a Chirbes, merece la pena, eso creo, y que la marejada que se lleva lo público acabe de una vez.

LECTURAS: EN LA ORILLA. RAFAEL CHIRBES

7 abril, 2013

           en la orillaEn primer lugar tengo que reconocer una deuda con Rafael Chirbes, 1949. No había leído nada de su obra y lo reconozco. De él, de su obra, sólo tenía referencias, buenas, incluso su premio nacional de la crítica por Crematorio; pero no sé por qué en ningún momento se me despertó la curiosidad y cogí algo de lo que había escrito. Tampoco tengo clara la razón que me impulsó en la librería para coger su última novela: En la orilla, Anagrama, 2013.

            En la orilla ha sido un descubrimiento que convirtió su lectura en algo adictivo, más si cabe, ya que ella lo es para mi. Página a página disecciona un modelo de sociedad y a sus protagonistas rebuscando en los entresijos de las pequeñas historias locales, en la ida cotidiana de un espacio reducido, casi asfixiante donde se entrecruzan vidas, se reparten odios y se guardan rencores (el rencor no tiene fecha de caducidad, pág. 187)que tienen el viejo olor de la Guerra Civil.

            Del Mediterráneo de postal, de cielo azul, sol y playas, Chirbes nos lleva al lodazal de las charcas en la costa, que son estercoleros y escenarios de historias truculentas, al tiempo que escondrijos para huidos de la represión; caminos pedregosos requemados por el sol inclemente y pulidos por el andar de quienes arañan la tierra en busca de arañarle algo; plantas raquíticas de tallos leñosos y arrugados frente a las inclemencias y dobladas sobre sí mismas para protegerse de la inclemencia del sol.

            Esteban, el protagonista, es el eje sobre el que pivotan el resto de historias que nos ponen delante de los ojos y de forma descarnada la realidad que arranca allá en los años de la Guerra y acaba con otra guerra, la del ladrillo que ha dejado un paisaje desolador y una ciudadanía entrampada, anestesiada por el lujo ajeno y las ilusiones truncadas por llegar a paraísos de nuevo rico.

            En la mayoría de las ocasiones sugiero la lectura de lo que comento, pero en esta ocasión lo hago vivamente y como tengo que redimir mi culpa algunas de sus novelas están ya a la espera, y las miro y pienso en serle infiel a Sorderberg y al doctor Glas.

            Les dejo con algunos párrafos y espero que les resulten interesantes:

la foto          “… acabas de adquirir el poder de lo que está vivo muera, un poder más bien miserable, porque el verdadero poder –y ése no lo tiene nadie, ni Dios, lo de Lázaro no se lo creyó nadie- es devolver a la vida lo que está muerto. Quitarla es fácil, eso lo hace cualquiera. Lo hacen a diario en medio mundo. Abre el periódico y lo verás. Incluso tú puedes hacerlo, lo de quitar la vida, siempre, claro está, que mejores un poco la puntería (ahí sí que sonrió y afiló, guasón, las comisuras de los ojos grises y vivos, el buen humor los rodeaba de una telaraña de pequeñas arrugas). El hombre que ha sido capaz de levantar edificios, de hacer desaparecer montañas enteras, de abrir canales y de cruzar puentes sobre el mar, no ha conseguido que vuelva a levantar los párpados un niño que acaba de morir. A veces lo más voluminoso y pesado es lo más fácil de mover. Piedras enormes en la caja de un camión, vagonetas cargadas de metales pesados. Y fíjate, lo que guardas dentro de ti, lo que piensas, lo que deseas, que, al parecer, no pesa nada, no hay forzudo que sea capaz de echárselo al hombro y cambiarlo de sitio. No hay un camión que lo mueva. Conseguir que te llegue a querer alguien que te desprecia o a quien eres indiferente es bastante más difícil que tumbarlo a porrazos. Los hombres pegan por impotencia. Creen que pueden conseguir por la fuerzo lo que no son capaces de conseguir con la ternura, con la inteligencia” [ob. Cit. pág. 48]

 

LECTURAS: MÁS AFUERA. JONATHAN FRANZEN

12 febrero, 2013

Mas afuera portada    Le debo a Jonathan Franzen horas de lectura, unas veces sosegada y otras con cierto desasosiego, incluso, algo más; asimismo sus dos grandes obras Las correcciones, Seix Barral/Círculo de Lectores; 2001 y Libertad, Salamandra; 2011 me llevaron a interesarme por obras en las que las historias que se cuentan tienen que ver con las familias y las relaciones que en ella se establecen. La intrahistoria de cada una de ellas y como hay que presentar una cara que dé respuesta a lo que se espera de ellas en el entorno en el viven y las realidades que se viven de puertas adentro. Por auténtica pereza no he comentado las obras citadas, aunque Las correcciones ya hace algunos años que la leí.

Más afuera, Salamandra, 2012 es una recopilación de textos de no ficción que se reparten entre ensayos, artículos, alguna reseña y también algún discurso como el que abre el texto. La unidad del conjunto es la no ficción y en ellos podemos encontrar algunos que pueden tener más interés por el tipo de relato, a mi me gustó especialmente el que da título a la obra y hace referencia a su viaje, solo, después de la campaña de promoción de su última novela: Libertad, que se esperaba y creo que no defraudó.

Realmente Masafuera es como llaman los lugareños a una isla remota en el Pacífico sur a unos ochocientos kilómetros de franja costera de Chile. Alexander Selkirk, es el nombre que le pusieron los funcionarios chilenos en la década de los sesenta del siglo pasado y que pensaban que podía ser un destino turístico, para aquellos que busquen una aventura tipo Robinson Crusoe.

De ese relato, las peripecias para llegar, montar su campamento y andar en medio de una tormenta en busca de un determinado tipo de pájaro (tiene mucho interés por la ornitología) me quedo con las palabras que le dedica a su amigo David Foster Wallace, del que lleva sus cenizas para esparcir en Masafuera. Les dejo con algunos párrafos de esa parte y les recomiendo su lectura, aunque para mi tiene altibajos por ser una recopilación muy variada. Espero que lo disfruten

“Era querible como lo es un niño, y capaz de devolver el amor con una pureza infantil. Si a pesar de eso el amor está excluido de su obra, es porque nunca se sintió merecedor de recibirlo. Fue un prisionero a perpetuidad en la isla de sí mismo. Lo que de lejos parecían suaves contornos eran en realidad acantilados costados a pico. A veces sólo una pequeña parte de él estaba loca, a veces casi todo él, pero como adulto, nunca estuvo del todo loco. Lo que había visto de su Ello mientras intentaba fugarse de la prisión mediante su isla mediante las drogas y el alcohol, sólo para verse más apresado por la adicción, al parecer nunca dejó de socavar su fe en su queribilidad. Incluso después de desintoxicarse, incluso décadas más tarde de su intento de suicidio a finales de la adolescencia, incluso tras su lenta y heroica construcción de una vida para sí mismo, se sentía indigno. Y a la larga ese sentimiento se entrelazó, al punto de ser indistinguibles, con la idea del suicidio, la única escapatoria segura de su prisión; más segura que la adicción, más segura que la ficción, más segura, al final, que el amor.” [Ob. Cit. pág. 50]

LECTURAS: EL IMPERIO DE LAS MENTIRAS, STEVE SEM-SANDBERG

24 junio, 2012

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Creo que me voy a rendir, que ya he llegado a la página 386 de El imperio de las mentiras, Steve Sem-Sandberg; Mondadori, 2012 y me resulta imposible digerir a un personaje como Mordechai Chaim Rumkowski. Llegar a la página seiscientas cincuenta y siete se me antoja una tarea difícil, muy difícil.

Esta deserción merece una explicación porque no es habitual que deje un libro a medias y menos cuando el tema me interesa mucho, así vayamos con los datos y la explicación pertinente. Steve Sem-Sandberg, noruego; 1958, autor del que no conocía nada de lo que ha publicado, pero su incursión en lo que se podría llamar “literatura del holocausto” le ha dado un prestigio singular al abordar un capítulo muy controvertido, así como el personaje central de esa historia.

A partir de la Crónica del Gueto, (Lódz) documento de más de tres mil páginas Steve Sem-Sandberg escribe su novela, El imperio de las mentiras, amplia, documentada, compleja por los numerosos personajes, sus interrelaciones y lo vidrioso del tema. Desde el pragmatismo más puro intenté leer esta novela y buscar lo elementos que sustentaran el principio de Mordechai Chaim Rumkowski, “la salvación de algunos judíos, dependería de que otros tendrían que ser sacrificados”. Este “rey” del gueto, ambicioso es el calificativo menos hiriente que se me ocurre, así que de ahí para arriba se pueden añadir los que quieran. No, no he encontrado esos elementos en lo que he leído, al contrario cada página, cada mención de este personaje más lo acercaba al tirano esclavista supeditado a la maquinaria nazi del exterminio y de la explotación de sus conciudadanos. Hay otros elementos para ser repudiado, pero los dejo para su lectura. La sumisión ante las autoridades alemanas: “La tarde del 3 de septiembre de 1942, las autoridades volvieron a convocar a l Presidente del gueto. Él se presentó ante ellos con su actitud habitual, la cabeza gacha, las manos colgando a los lados” [Ob. cita pág. 257] contrastaba con el despotismo ante los iguales. Su capacidad de decidir sobre la vida de los demás le había endiosado.

He leído descalificaciones de los supervivientes del holocausto, que de forma generalizada los colocaba al nivel más bajo imaginable, Laura Adler, biógrafa de Hanna Arendt, recoge de un miembro del Jewish Committe: “Los que han sobrevivido no son los más aptos, sino mayoritariamente los judíos más bajos, que mediante la astucia y los instintos animales pudieron escapar”. No menos sangrante: “Huyeron como ratones, se escondieron como chinches y murieron como perros” Hair Nahman, poeta, quizá podría explicar esta palabras. A pesar de “estar curtido” no he podido continuar con lo que se cuenta de Mordechai Chaim Rumkowski, espero que ustedes si lo desean lo puedan hacer y cuenten su experiencia.

Les dejo con algunos párrafos donde se ilustra su principio del trabajo para la salvación, el resto lo averiguan si leen esta novela.

“A los demás niños del gueto intentaba salvarlos de forma más concreta. La ecuación era después de todo, bastante simple: cuantos más niños pudiera poner a trabajar, más niños eximirían las autoridades.

            Ya en marzo de 1942 había comenzado a crear talleres especiales de aprendizaje para niños y niñas de diez a diecisiete años […] Tras algunas semanas de formación, a los más capacitados se les destinaba a un turno de producción en la Sastrería Central, donde debían trabajar bajo la supervisión de unos inspectores que se paseaban por la fábrica recriminando cada error y cada minuto perdido. La tarea de los niños era confeccionar gorras especiales de camuflaje para el ejército alemán, con una capa exterior de tela blanca para la campaña bélica de invierno y otra interna de color gris para el combate en terreno normal. […] hacia el mes de julio de 1942 ya había logrado crear puestos de trabajo fijo en el sector de la confección para más de mil setecientos niños del gueto mayores de diez años. […]

            […] Pero mientras fortificaba así las murallas de la ciudad de los trabajadores, el desmoronamiento seguía sin tregua:

             Ya a finales de abril habían empezado a llegar noticias de las masacres de Lublin.

            Más tarde (junio): Pabianice y Biala Podlaska. Cuarenta vagones llenos de mujeres y niños procedentes de Biala Podlaska habían desaparecido sin dejar rastro.

            A veces, sentado tras las puertas cerradas del Secretariado, tenía la impresión de allá fuera se estaba produciendo un gran corrimiento de tierras. Como si los cimientos de la realidad misma hubiesen cedido” [ob. cit. págs. 235-236]