LECTURAS: EN EL JARDÍN DE LAS BESTIAS. ERIK LARSON

29 enero, 2017

ImagenSin tener una explicación clara hay determinados momentos de la Historia que para mi tienen más interés, y repito sin saber a ciencia cierta la razones que sostienen ese interés. De todas maneras los años treinta en Europa tienen el atractivo que ser, por segunda vez, una quiebra de aquellas ideas de la Ilustración y la que Europa con mayúscula parió, bien con su origen holandés, como se apunta en los trabajos sobre Spinoza, o en Francia. Es lo de menos en este momento, pero si es cierto que el auge de los estados totalitarios y cómo se fraguó su contenido es para mí un tema apasionante.

            El análisis de este periodo, como cualquier otro, requiere una óptica poliédrica y paciencia y reflexión para el encaje de los distintos puntos de vista. Julián Casanova, Europa contra Europa, 1914-1945; Saul Friedländer, El Tercer Reich, (1933-1939); o Victor Klemperer, Quiero dar testimonio hasta el final, 1933-1941; por citar algunas de las cosas que últimamente he leído y que tengo más a mano. La ficción también ha dejado novelas interesantes y ateniéndose a los hechos ocurridos se cuentan historias que son muy, muy interesantes.

            Una muestra de ese acercamiento desde la novela a esta época es: En el jardín de las bestias, Erik Larson, Ariel, 2012. Larson nos coloca a los pocos meses de llegar Hitler al poder, y lo hace desde la perspectiva del embajador de los Estados Unidos William E. Doddy su familia, especialmente su hija, muchacha en edad de merecer (expresión viejuna) y con ganas de ampliar su círculo de relaciones en el más amplio sentido del término.

            Supongo que ya se podrá imaginar por donde circulan las tramas que Larson desarrolla, todas ellas elaboradas, interesantes y que añaden diversos componentes muy propios de una novela de terror, amor, algo de novela negra, en fin un buen producto, que tiene la capacidad de atraer desde las primeras páginas. A mí me lo parece.

            Creo que en conjunto esta obra tiene todos los ingredientes para mantener la atención de quien se acerque con interés a esta época y busque añadir otro punto de vista distinto al académico para el conocimiento de unos años que fueron significativos para torcer el rumbo de Europa y del mundo.

            Les dejo con algunos párrafos por si les resultan sugerentes. El primero tiene que ver con los momentos iniciales de la llega da al poder de Hitler, todavía se podía escuchar, o hacer cosas como la que aquí se describe: “En el cabaret Katakombre, Werner Finck seguía metiéndose y haciendo bromas con el nuevo régimen, a pesar del riesgo de arresto. Durante una actuación, un miembro del público le llamó judío piojoso, a lo cual él respondió: -Yo no soy judío. Sólo parezco inteligente. El público se rió entusiasmado” [Ob. cit. pág. 56].

            Otra mención al texto, que la he elegido para hacer notar lo de académico de esta novela. Larson hace referencia a Victor Kemplerer (filólogo): “Hasta el lenguaje usado por Hitler y los oficiales del partido estaba extrañamente invertido. El término ‘fanático’ se convirtió en algo positivo. De repente, tenía la connotación que el filólogo Vicotr Kemplerer, judío residente en Berlín, describía como ‘una mezcla feliz de valor y devoción ferviente’. Los periódicos controlados por los nazis informaban de una interminable sucesión de ‘votos fanáticos’ y ‘declaraciones fanáticas’ y ‘creencias fanáticas’, todo ello cosas buenas. Se describía a Göring como ‘un amante fanático de los animales’. Fanasticher Tierfreund.

            Ciertas palabras muy antiguas estaban adquiriendo un nuevo uso oscuramente robusto, como averiguó Klemperer. Übermensch: superhombre. Untermensch: subhumano, queriendo decir ‘judío’. También surgían palabras totalmente nuevas, entre ellas Strafexpedition: ‘expedición punitiva’, el término que aplicaban las tropas de asalto para sus incursiones en barrios judíos y comunistas”. [ob. cit. pág. 141]

Aclarando

17 enero, 2016

Que somos políglotas de nuestra propia lengua no es descubrir nada nuevo, al contrario esa “sapiencia” nos permite usar registros distintos en situaciones diversas, desde la charla de barra de bar hasta el discurso académico el abanico es amplio, ahora bien no alteremos significados a gusto y capricho del hablante y el momento. Álex Grijelmo lo aclara: El primer deber de las palabras es respetar su significado, aquel del que se impregnaron por su uso al través de los siglos. Y que puede variar, desde luego, pero nunca de un día para otro; y mucho menos por la decisión interesada de quien las use.” (El País, 17/01/16)

            Cuando se escucha a la “nueva política” hablar de turnismo como sinónimo de bipartidismo, creo que se induce al error de forma deliberada. El turnismo queda claro, su significado, tal y como lo explican Julián Casanova y Carlos Gil Andrés en Breve historia de España en el siglo XX. En el texto que se transcribe a continuación se pueden disipar las dudas.

[…] El funcionamiento del sistema político era bien conocido por los contemporáneos. El voto de las urnas no determinaba la composición del parlamento y éste a su vez, el signo político del poder ejecutivo, sino que era la prerrogativa regia la que decidía el Gobierno, quien “fabricaba” una cámara legislativa favorable. En efecto, cuando se producía una situación de crisis o se consideraba que la acción gubernamental había desgastado a un gabinete se ponía en marcha el mecanismo del turno. El Rey nombraba entonces presidente del consejo de ministros al líder del partido contrario y le entregaba el decreto de disolución de las Cortes. Antes de convocar las elecciones generales se producía la operación del encasillado. Desde el ministerio de la gobernación se acordaba el reparto de escaños y se nombraba a los gobernadores civiles, los encargados de pactar con las élites provinciales y los notables locales una elecciones amañadas que garantizasen el resultado esperado. De esa manera, el gobierno de aseguraba una cómoda mayoría. [ob. cit. pág. 25]

El bipartidismo, predominio, que no exclusividad de dos partidos tal y como se da en España en este periodo democrático no tiene nada que ver con el bipartidismo del siglo XIX. Los trabajos de Julián Casanova pueden sacar de dudas a quien las tenga.

Otra falacia es hablar de segunda transición, algo que no es nuevo ya que en “la vieja política” José María Aznar utilizó la misma expresión para acuñar el comienzo de su primer gobierno. Los autores ya citados

[…] El 20 de noviembre de 1975, la fecha de la muerte de Franco, no había ningún guión escrito, ningún camino fijado de antemano para que una dictadura autoritaria de casi cuatro décadas se convirtiera de manera pacífica en una democracia. Las cosas evolucionaron de una manera determinada, pero pudieron haber sido distintas.

[…] Cuando los socialistas llegaron al poder, después de la victoria arrolladora de octubre de 1982, se podía decir que la Transición había concluido y que la democracia caminaba hacia su consolidación. [ob. cit. págs.. 203-204]

Julián Casanova/Carlos Gil Andrés. Breve historia de España en el siglo XX. Ariel quintaesencia; mayo, 2012.

IN MEMORIAM. Guillermo Cano Hernández

1 julio, 2015

Ya terminó el curso. La comida de celebración este año en el IES La Laboral no fue una más. No estaba Guillermo. A Guillermo Cano Hernández se lo llevó este curso la Enfermedad y con él se fue un estilo de dirección que al parecer es a extinguir.

No puedo decir en sentido estricto que conocía a Guillermo porque para ello tendría que haber sido un poco de padre, madre, hijo, hermano, amante,… y como no fui nada de eso solo centro mi recuerdo como compañero de trabajo. Sus años en la dirección del IES La Laboral marcaron una época que solo es explicable por su estilo ecléctico, incalificable, diría yo, sin embargo con unas características muy marcadas y que lamentablemente hoy han desaparecido en el nuevo estilo de dirección que marca la Administración.

Cuando llegué al centro, ya Guillermo de director, me propuse averiguar dónde lo podría encuadrar como director en las conocidas listas y clasificaciones que existen sobre estilos de dirección, al final desistí por no encontrar encuadre en ninguna de las categorías al uso, sin embargo y aunque no era un gran pedagogo, realmente no le hacía falta, su estilo era muy definido y claro. La formulación teórica estaba explícita en el día a día. Él era parte del Claustro, algo que puede parecer una obviedad administrativa, pero él era algo más porque al compañerismo y el respeto al claustro y sus decisiones era una seña de identidad. La gestión democrática era un hecho, no una etiqueta que algunos se ponen, aunque solo como etiqueta.

Los disensos en los claustros, que los hubo, acababan en la puerta del salón de actos. Nunca un mal gesto, un resentimiento o una palabra fuera de tono. En alguna ocasión que disentíamos me decía: “Enriquito no me eches pelos en la leche”. Hasta ahí llegaba.

Como suele ocurrir en muchos casos, sus méritos y su estilo adquieren su importancia cuando se compara su estilo de gestión con quienes le han precedido, modelados según las apetencias de la Administración, y ésta ha conseguido que sus elegidos queden a años luz.

Así que quienes te recordamos en la cotidianeidad del día a día, de los claustros, incluso de alguna confidencia compartida mirando al mar en Valleseco o en el piso diez de un hospital, sabemos que con él se podía contar, daba seguridad y tranquilidad en tu trabajo, te daba un plus de confianza y valoraba el esfuerzo y el trabajo sin grandes alharacas, incluso de forma socarrona, pero sincera y cercana. Además sabías que era la primera contención frente a los caprichos de inspectores y demás.

No le gustaba mucho eso de pisar las alfombras de los pasillos y despachos institucionales, intentaba solucionar todo su despacho y por teléfono donde su fiel escudero Abraham jugaba un papel fundamental. Era el artífice de tantas y tantas conversaciones. Prefería irse a echar un cigarro al fondo donde se enfrascaba cuando correspondía con el KronoWin para resolver el puzle de los horarios de cada curso. La pizarra blanca llena de anotaciones con su caligrafía de letra pequeña, las iniciales de nombre y apellidos de todo el profesorado, se las sabía de memoria, y que solo él entendía. Era una pizarra para iniciados. Completan el entorno el ordenador y el cenicero lleno de colillas. Ese era su espacio vital.

Ahora vives en la memoria, mejor sería que estuvieras, pero… y ahí cada uno de nosotros, porque creo que somos muchos te tenemos presente con lo que atesoramos durante años de convivencia y compartiendo momentos. También tengo una cosa clara, si ahí hay centros que dirigir y buscan director no darías ni un paso. No es La Laboral.

Los números de 2014

30 diciembre, 2014

Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un informe sobre el año 2014 de este blog.

Aquí hay un extracto:

Un teleférico de San Francisco puede contener 60 personas. Este blog fue visto por 2.900 veces en 2014. Si el blog fue un teleférico, se necesitarían alrededor de 48 viajes para llevar tantas personas.

Haz click para ver el reporte completo.

LECTURAS:NOS VEMOS ALLÁ ARRIBA. PIERRE LEMAITRE

30 septiembre, 2014

        nos vemos arriba      La conmemoración del centenario del comienzo de la Gran Guerra se ha convertido en una magnífica coartada para dar rienda suelta a la publicación de trabajos de investigación, ensayos, novelas, reediciones de obras que estaban en el cajón del olvido; en fin nos hemos podido aprovechar de esta circunstancia para poner al día todo lo que rodea a este acontecimiento y las repercusiones que ha tenido.

            Pierre Lemaitre en Nos vemos allá arribaSalamandra, 2014 arranca la trama de su novela cuando ya se empieza a rumorear que la guerra está tocando a su fin, que el armisticio está al llegar. En este marco se va a fraguar la amistad, una amistad muy profunda, de dos soldados franceses y de ahí hasta el núcleo de la novela, fundamentado en un hecho real, el fraude colosal en la exhumación de los cadáveres de cientos de miles de soldados para llevarlos a cementerios militares.

            En un mundo de necesidades, el negocio con la muerte es uno más; el París de la posguerra, depauperado y hambriento, militares que se tienen como objetivo colocar medallas en su pechera sin que el coste en vidas sea un freno en sus ambiciones, son algunos de los caminos por donde circula esta novela.

            Pierre Lemaitre forjado en la novela negra consigue que lector quede pegado a esta historia, que bascula desde la sordidez del negocio sin escrúpulos, hasta la amistad, sin condiciones de dos camaradas de guerra, y todo ese recorrido se hace de forma ágil y sin concesiones ni coartadas a los personajes.

            Recomendable su lectura, así que, como siempre, les dejo unos párrafos por si sirven para animarlos.

       Todos los que pensaban que aquella guerra acabaría pronto habían muerto hacía tiempo. precisamente a causa de la guerra. así que, en octubre, Albert recibió con bastante escepticismo los rumores sobre el armisticio. Les dio tanto crédito como a la propaganda del principio, que aseguraba, por ejemplo, que las balas de los boches eran tan blandas que se estrellaban contra los uniformes igual que peras pasadas y provocaban las carcajadas de los regimientos franceses. en cuatro años, Albert había visto la tira de tipos muertos de risa por el impacto de una bala alemana.

      pierre lemaitre   Era consciente de que su negativa a creer en la inminencia de un armisticio tenía algo de superstición: cuanto más se espera la paz, menos crédito se da a las noticias que la anuncian, es un modo de ahuyentar la mala suerte. Sólo que esas noticias llegaban día tras día en secuencias cada vez más seguidas y en todas partes se repetía que la guerra estaba realmente a punto de terminar. Por increíble que pudiera parecer, incluso se pronunciaron discursos sobre la necesidad de desmovilizar a los veteranos, que llevaban años en el frente. cuando el armisticio se convirtió al fin en una perspectiva razonable, hasta los más pesimistas empezaron a acariciar la esperanza de salir con vida de la contienda. [ob. cit. pág. 13]

LECTURAS: CERO CERO CERO. ROBERTO SAVIANO

29 septiembre, 2014

          cero cero cero  En ocasiones mis comentarios sobre los economistas, sus predicciones no son muy a su favor. A veces pienso que muchas veces se asemejan bastante a los astrólogos. Da la impresión que viven en otro mundo, un mundo que se aleja demasiado de éste, el que habitamos el resto de los mortales. Lo anterior surge después de la lectura de Cero cero cero (como la cocaína gobierna el mundo), Anagrama, 2014; de Roberto Saviano. Sigo sin entender como los gobiernos de los distintos países no han afrontado este problema como un problema económico. La “guerra al narcotráfico” solo genera más violencia y enquista un conflicto que necesita medidas, pero no de índole militar. Hay que dar un paso más allá y desenmascarar el inmenso negocio, la cantidad de divisas que se mueven, los “empleos” que genera y las redes y tramas comerciales que se levantan como esenciales para esta actividad.

            Roberto Saviano, después de Gomorra, 2008 su vida cambió, pasó a la “clandestinidad” forzada por las amenazas de grupos mafiosos (dedica su libro cero cero cero a los policías que le sirven de escolta permanente). Bucear en los entresijos de este negocio que se mueve al margen de la ortodoxia comercial y financiera, que no conoce más leyes que las propias y el paradigma que las articula es la “la ley del más fuerte”, donde los derechos individuales, de los trabajadores, o cualquier otra garantía individual o social quedan al margen de el vaivén de la coca.

            Como ustedes comprenderán un trabajo como este que presenta Saviano remueve las aguas casi tranquilas de quienes manejan este negocio. Se dan nombres, se sacan a la luz formas de actuar y como no podía ser de otra manera, aflora la corrupción. Todo el mundo es susceptible de ser corrompido, solo hay que saber el precio que hay que pagar, aunque es verdad que en algunos casos casi están a precios de saldo determinadas acciones.

            En fin, casi necesaria su lectura aunque sin caer en el pozo más profundo del pesimismo, sobre todo cuando nos damos cuenta que vivimos en una sociedad en la que eso de elegir gobiernos casi, casi es una anécdota, pero sigamos.

        saviano    “No existen títulos que coticen en bolsa capaces de generar el beneficio de la cocaína. La inversión más arriesgada, la especulación más previsora, movimientos rapidísimos de ingentes flujos de dinero que logran abatirse sobre las condiciones de vida de continentes enteros, no consiguen una multiplicación del valor comparable ni de lejos. Quien apunta hacia la coca acumula en pocos años riquezas que en general los grandes holdings han conseguido en décadas de inversiones y especulaciones financieras. Si un grupo empresarial consigue meter mano a la coca, ostenta un poder imposible de alcanzar con cualquier otro medio. De cero a mil. Una aceleración que no puede dar ningún otro motor económico. Por eso, allí donde la coca es la economía de escala no existe más que el enfrentamiento feroz y violento. Con la coca no hay mediación. O todo o nada. Y todo dura poco. No puedes dedicarte al tráfico de cocaína con sindicatos y planes industriales, con ayudas del Estado y normas impugnables en tribunales. Ganas si eres el más fuerte, el más astuto, el mejor organizado, el mejor armado. Para cualquier empresa vale que, cuando más tensas la goma, más logras imponerte en el mercado. Si consigues tensar aún más esa goma con la coca, entonces podrás vencer en todos los demás sectores. Sólo la ley puede romper la goma. Pero aun cuando la ley localiza la raíz criminal y trata de arrancarla, sigue siendo difícil que consiga encontrar todas las empresas legales, las inversiones inmobiliarias y las cuentas bancarias que se han adquirido gracias a la extraordinaria tensión conseguida mediante el polvo blanco.” [ob. cit. págs.. 99-100]

No me resisto a transcribir unas líneas que casi cierran su libro y que considero muy interesantes y propias para una reflexión seria y profunda:

            “Pero todavía me queda respeto. Respeto por quien lee. Por quien araña un tiempo importante de su vida para construir nueva vida. Nada es más poderoso que la lectura, nadie es más embustero que quien afirma que leer un libro que leer un libro es un gesto pasivo. Leer, sentir, estudiar, entender es el único modo de construir vida más allá de la vida, vida junto a la vida. Leer es un acto peligroso porque da forma y dimensión a las palabras, las encarna y las dispersa en todas direcciones. Lo pone todo patas arriba, hace caer de los bolsillos del mundo monedas y billetes y polvo” [ob. cit. pág. 483]

CINE: MI AMIGO MR. MORGAN. SANDRA NETTELBECK

28 septiembre, 2014

Mr Morgan              Me gusta pensar que el cine se inventó para que pudiéramos disfrutar de las interpretaciones de los grandes actores como Michael Caine. Su presencia en el reparto de una película es motivo más que suficiente para acudir al cine. En Mi amigo Mr. Morgan (M. Morgan’s last love), 2013 de la directora Sandra Nettelbeck, Caine le da peso y credibilidad a la historia que la directora quiere contar.

            Posiblemente este trabajo no va a ser por el que pase a la posteridad, con el que se van a quedar sus admiradores, sin embargo es capaz de darle vida a un viejo profesor, viudo, viviendo del pasado y sin un futuro a la vista, salvo el de las rutinas (recoger el periódico, comprar su almuerzo donde siempre) que no enriquecen, sino casi lo contrario. En este papel, Caine llena la pantalla, atrae al espectador con sus gestos, su cuerpo y mirada cansina, contemplando el vacío sentado en el borde una cama. Sus registros son múltiples y por lo tanto gratificantes, porque de ese viejo profesor vamos a ver otra cara.

            El señor Morgan busca la autodestrucción para paliar la soledad en la que está inmerso y al que una espiral de abandono lo encamina hasta ese punto en que quiere dar con sus cuadernas contra cualquier acantilado para terminar ahí sus días, sin embargo como una playa luminosa, como una grieta por donde entra la luz, como dice el propio Mr. Morgan es el encuentro con Pauline, una joven, también profesora, (no digo más) y para nuestro protagonista la vida tiene otro rumbo, giro que le da un aire distinto, una brisa fresca desde ese encuentro casual.

            La directora resuelve esta historia de una forma que yo no comparto, pero como es su historia bien vale su final y si tienen oportunidad y ganas, como casi siempre ocurre, se presta para el debate y la discusión el cierre de esta trama. A pesar de no compartir el final, la película tiene mucho encanto, entre ellos y muy importante, la interpretación de Michael Caine, así que si lo ven oportuno no dejen de verla.

            Ah, se me olvidaba, la versión doblada que ofreció el TEA, Espacio de las Artes era de poca calidad en los subtítulos, algo que tienen que cuidar para ofrecer una versión original en condiciones.

Cuidado con la mano (si ven la película lo entenderán)

Otro Michael Caine, joven pero igual de buen actor El cuarto protocolo

LECTURAS: VICTUS. ALBERT SÁNCHEZ PIÑOL

24 septiembre, 2014

 

 

            Victus Después de varias semanas de lento rumiar la novela de Albert Sánchez Piñol, Victus; La Campana, 2013, voy a intentar describirles las sensaciones con las que me quedé cuando vi el punto final. Como en otras ocasiones apliqué aquello de: “leer sobre seguro”, conocer al autor por otras lecturas da cierta seguridad, y así no cargas posibles suspicacias como alguien que conoce mis gustos aventuró que esta obra de Sánchez Piñol “no te va a llenar”, expresión literal.

            Los antecedentes tienen ya unos años, La piel desnuda de 2003, y Pandora en el Congo, dos años después. La primera fue una grata sorpresa, pero que en Pandora ya no llegó al mismo nivel, de interés para mi, me refiero. Como ya ha pasado mucho tiempo y casi se había desdibujado en mi memoria el recuerdo de Pandora en el Congo y prevalecía el rastro que había dejado mi primera lectura de Sánchez Piñol, no me lo pensé dos veces, fui a por Victus, en la que el autor hace una incursión en la novela histórica con un modelo ya trillado, Arturo Pérez Reverte con su Alatriste desbrozó el camino. Ahí lo dejo.

            Es evidente que escribir es una actividad creativa, pero tiene que dar de comer, así que como producto terminado, la novela, hay que colocarla en el mercado en el momento oportuno y en el lugar adecuado. Sánchez Piñol, legítimamente aprovecha la oportunidad y cuenta los coletazos de la guerra de sucesión española centrándose, cómo no, en asalto a la ciudad de Barcelona por parte de las tropas borbónicas.

            El conflicto arranca con la muerte de Carlos II en 1700 sin descendencia. Esto lo cuenta muy bien Joseph Pérez en La Historia de España (Julio Valdeón, Joseph Pérez y Santos Juliá), 2006, editada por Austral, además con más fundamento.

            Así lo relata Piñol:

            “En el año 1700 moría el emperador Carlos II de España, un engendro de la naturaleza, un fardo babeante que si no hubiera sido rey se habría pasado la vida encerrado en algún monasterio. Sus súbditos castellanos lo llamaban “el Hechizado”. Yo no sería tan piadoso, así que dejémoslo en “el Tarado”. No tuvo descendencia. ¿Cómo iba a engendrarla? Estaba tan mal de la azotea que debió de morirse sin saber que ese rabanito que cuelga entre las piernas sirve para algo más que hacer pipí.

            Todos los reyes, por definición, son unos tarados o acaban siéndolo. El único debate es saber si para sus súbditos es mejor que los gobierne un tonto del culo o un hijo de puta. De joven yo era partidario de los tontos, porque al menos se conforman con comer faisán y dejan en paz a la gente. El Tarado, por ejemplo, fue muy lamentado en Castilla por muy popular en Cataluña. ¿Por qué? Pues porque no hizo nada de nada. Su atrofia cerebral era un reflejo de Castilla y de su imperio coagulado. A los catalanes ya les iba bien. Cuanto menos gobierne un rey y más lejos esté, pues tanto mejor.

            Mucho antes de su muerte ya era obvio que ese despojo humano del Tarado la palmaría sin haber tenido hijos. Como es lógico, todos los carroñeros de Europa estaba ojo avizor. Años después conocí a un noble francés que en el cambio de siglo había servido en la embajada de Madrid. Tenían la corte tan infestada de espías… ¡que hasta consiguieron los calzoncillos del rey! El examen no dejaba dudas: Carlos no eyaculaba. Y según las leyes naturales, sin semen no hay descendencia” [Ob. cit. págs.. 123-124]

CINE: LOS NIÑOS SALVAJES. PATRICIA FERREIRA

23 septiembre, 2014

             Los_ni_os_salvajes-119700629-large  Cuando los adolescentes viven en un mundo paralelo, su mundo, al de sus padres, pueden pasar cosas como las que relata Patricia Ferreira en Los niños salvajes, 2012. Entrelazando las historias de sus protagonistas, dos chicos y una chica, en sus entornos habituales (casas, instituto, lugares de botellón, etc.) construye un relato en trazo grueso, creo que para dejar al espectador que ponga de su cosecha y perfile a los adolescentes y de camino vea rasgos que se pueden detectar en los jóvenes con los que nos cruzamos cada día, como adultos, como adultos/padres y madres y adultos/docentes/padres y madres. las relaciones en las familias y los modelos de familia tampoco están muy definidas, sin embargo al igual que con los protagonistas, el espectador puede imaginar esos entornos. el instituto y el mundo de los adultos -profesores- es otro elemento de reflexión para el espectador. Patricia Ferreira dibuja unos modelos de docentes algo caracterizados y comunes en la profesión.

            Posiblemente este no sea el trabajo con el que Patricia Ferreira pase a la posteridad como directora de cine,  un trabajo modesto hecho con pocos mimbres, pero una buena dirección de actores y que no tiene más pretensión, creo, que la de contar una historia, creíble, con personajes que podemos reconocer entre los jóvenes que nos rodean y poco más, porque ni siquiera es una marca de una etapa determinada, solo es un elementos descriptivo y tú como espectador pones el resto.

            No creo que haga falta que les diga que a los circuitos comerciales no ha llegado, ni creo que lo haga, sin embargo tuvo una buena aceptación y fue premiada en el Festival de Málaga al que concurrió. La vi en el teatro Guimerá hace algunos días y al final de la proyección los asistentes tuvimos la suerte de participar en un coloquio con la directora que estuvo entretenido.

patricia ferreira    Si tienen oportunidad no dejen de verla. No romperá sus esquema y tampoco habrá un antes y un después, pero caramba, para lo que se despacha por ahí es un tiempo bien empleado.

FIN DE SEMANA CON PHILIP SEYMOUR HOFFMAN

21 septiembre, 2014

 

 

 

philip Seymour        Este fin de semana ha estado dedicado especialmente al cine (el plenilunio municipal, aunque no había luna llena no distrajo mi atención). El interés lo ha centrado un actor fuera de lo habitual, de lo que se lleva ahora, Philip Seymour Hoffman (1967-2014). No es un tipo musculoso, ni su mirada es la del seductor permanente de las promociones de perfume; tampoco tiene en su filmografía papeles estelares en películas de monstruos ni cosas de esas. En fin es alguien normal, pero excepcional como actor.

 

El viernes tocó El hombre más buscado, 2014 del director Anton Corbijn y basada en una novela de John Le Carré. (unas líneas para la queja y el lamento. Ir al cine un viernes a la sesión de las veinte horas tiene el inconveniente de que compartes sitio con devoradores de palomitas y refrescos, arrullados por sonidos de teléfonos y los diálogos, tono elevado, que quede claro, con la persona acompañante pidiendo explicaciones/aclaraciones. El remate lo ponen quienes se levantan y salen de la sala para reponer vituallas o para aliviar algún apretón imprevisto causado por la ingesta masiva de cotufas. Ante esto mi desazón llegó al límite cuando descubro que entre el público estaba Willy García, el mayoral de Paulino Rivero en la “televisión canalla”. Por un momento pensé que me había equivocado de sala y pronto saldría la caballería en una nueva entrega del cine que le gusta a Willy).

 

A pesar de lo anterior y con un esfuerzo conciliador muy grande con el género humano (especie consumidores de cotufas) disfruté del papel de Philip Seymour Hoffman como Günther, un espía a la vieja usanza, dibujado por John Le Carré de manera magistral. El desaliño de nuestro espía, su escepticismo y descreimiento solo caben en la piel de Seymour Hoffman, así que ya contamos con los elementos esenciales (guión-interpretación) para pasar un rato absorto en una historia que se alimenta con la propia realidad. El islamismo radical, el terrorismo internacional, el tráfico de armas son noticias de cada día en los medios de comunicación. Del resto de actores, todos bien, pero destacaría especialmente a Nina Hoss, que después de haberla visto en Bárbara (2012) me tiene enamorado.

 

Si tienen oportunidad no dejen de verla, así como tampoco deben obviar la novela de John Le Carré que es la base del guión. Esa o cualquier otra novela vale también, por si no lo han descubierto todavía.

 

El sábado en otro ambiente supuestamente más recogido, más de ambiente de respeto por el cine (la realidad dice que en el TEA no siempre es así, no hay palomitas, pero el resto de añadidos sí) disfruté del trabajo de Philip Seymour Hoffman como actor y director: Una cita para el verano, 2010, que casi llega de forma clandestina a este circuito no comercial, entre otras cosas, porque el protagonista murió hace poco de sobredosis y ha sido muy comentado este hecho en los últimos meses. De no ser así creo que estaría perdida en cualquier estantería de algún distribuidor.

 

Jack, nuestro protagonista, conductor de limusinas es tan anónimo en su vida como el color del coche que conduce. Negro su coche, negra su vida y un panorama negro. Creo que es anónimo hasta para él mismo, así que su mundo, sus amistades tienen el mismo tinte, la misma melancolía, pero viven, a su manera y con sus limitaciones. Las ilusiones por vivir, por cambiar, por intentar conocer algo de eso que llaman felicidad se despiertan en un momento determinado cuando conoce a Connie (Amy Ryan), que también es alguien que carga con sus frustraciones, pero se siente amada, sí querida por nuestro protagonista. (no cuento más).

 

Una cita para el verano (Jack goes boating) es también un producto recomendable, creo que además mucho, pero me temo que ni siquiera de forma fraudulenta se pueda ver, salvo que haya interesados y curiosos que la suban a alguna página para compartirla, pero no esperen nada de lo que ofrece el cine al uso. Que la disfruten, una u otra si tienen la curiosidad de dedicarle algo de tiempo a este actor.

 

UNA CITA PARA EL VERANO

 

EL HOMBRE MÁS BUSCADO